¿Por qué las peras y manzanas son las primeras frutas en la alimentación infantil?
La importancia de las frutas en la alimentación infantil
Seguramente, habrás tenido muchas dudas acerca de cuál es la mejor opción para el cambio en la dieta del bebé. Y si llegó el momento de iniciar la alimentación complementaria hay que agregar las frutas como parte de los nuevos sabores. Por supuesto, en esta etapa la pera y la manzana se convierten en las protagonistas.
A partir de los seis meses se alterna la lactancia materna con la introducción de jugos y purés de consistencia blanda, tanto para facilitar al pequeño el proceso de ablactación como para comenzar a variar su menú. Se trata de iniciar con sabores muy suaves para lograr la aceptación de otros nutrientes distintos a la leche.
La pera y la manzana son las primeras frutas recomendadas porque son de muy fácil digestión. Tienen grandes propiedades para la salud y son ricas en vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo temprano. Además favorecen la absorción intestinal por lo que son altamente efectivas en casos de diarrea.
Te invitamos a descubrir algunas formas de usarlas en tus nuevas preparaciones y todos los beneficios que estas frutas proporcionan en la alimentación infantil.
Una fruta con importantes nutrientes para el organismo
La manzana es una de las frutas favoritas en la alimentación complementaria de los bebés porque es muy completa, además de que admite múltiples combinaciones. Adicionalmente aporta calcio que es fundamental para el crecimiento de los huesos.
También es rica en fibra, potasio, magnesio, sodio, fibra, fósforo, hidratos de carbono, hierro y vitaminas A, B, C y E. Tiene gran contenido de agua y azúcares naturales, entre los más conocidos la fructosa y la glucosa. Es antiinflamatoria, diurética y favorece la función hipotensora en el organismo.
Al contener pectina, que es un tipo de fibra fundamental en procesos digestivos, actúa como un depurativo natural para eliminar residuos y toxinas. Entre sus muchas otras propiedades ofrece 85 por ciento de agua en su composición, por lo que es muy hidratante.
Una consentida en el menú infantil que viste de amarillo
La pera es la otra de las frutas más recomendadas porque es muy completa y beneficiosa para la salud en general. Casi siempre la encontramos en su color amarillento y, aunque su sabor puede ser a veces astringente, contiene agentes antiinflamatorios, muy favorables para aliviar molestias causadas por trastornos digestivos.
Es igualmente rica en sodio y potasio, por lo que al igual que la manzana favorece el desarrollo de la estructura ósea en los niños. Es baja en calorías y muy rica en fibra, la cual se encuentra sobre todo en la piel de la fruta.También es diurética, así que puede ser responsable de un aumento en la micción (las veces que orina) del pequeño.
Entre sus muchos nutrientes se destaca la vitamina C y es una muy importante fuente de betacaroteno y ácido fólico, por lo que su consumo frecuente ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Además, su consumo frecuente proporciona un aspecto sano e hidratado a la piel y potencia el desarrollo de una buena visión. Adicionalmente es rica en ácidos grasos y aminoácidos esenciales para el crecimiento de los tejidos en el organismo.
Cómo escoger y ofrecer las peras y manzanas en su dieta
Existen muchas variedades de peras y manzanas en el mercado. En el caso de la primera es recomendable escoger las que están bien maduras, es decir, que presentan una textura más blanda sin que llegue a tener partes oscuras u oxidadas.
Las manzanas, por su parte, presentan diferentes procedencias de producción y colores en su piel. Para iniciar la alimentación complementaria del niño siempre será más consejable escoger las de color rojo, y que igualmente no estén golpeadas o dañadas. Por lo general, estas son más dulces.
En un principio, las peras y manzanas son utilizadas para hacer compotas y jugos hasta llegar a la etapa de los purés y las papillas. En las primeras preparaciones hay un gran contenido de agua, a fin de ir acostumbrando paulatinamente el paladar de los pequeños a su sabor.
Hacerlas parte del menú y que crezcan con tus hijos
Después de superar la etapa de los purés y agregarlas en combinaciones de papillas con distintas verduras y hasta proteínas (pollo,carne, pavo o cerdo), estas frutas también facilitan la introducción del llamado baby led weaning o destete dirigido por el bebé.
Si escoges permitir que tu hijo se relacione directamente con los alimentos, debes tener mucha precaución en el tamaño y textura de las frutas que le vas a ofrecer, sobre todo para evitar que ocurra un atragantamiento o asfixia.
De igual modo, si las ofrecemos en trozos pequeños y bien cortados procurando que sean fáciles de deglutir, habremos escogido una rica y nutritiva merienda. En el caso de la manzana, sería recomendable llevarla a algún tipo de cocción, bien sea hervida o asada, antes de ponerla en su plato. La razón es que su consistencia es mucho más firme que la de la pera.
Ten en cuenta que estas frutas acompañarán a tus hijos durante buena parte de su crecimiento. Inclúyelas en su dieta sin temor, ahora que sabes que las peras y las manzanas son las primeras frutas recomendadas en la alimentación infantil.
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